Elegía por la casa
de Israel
5 1 Escuchad estas palabra
que entono por vosotros:
una elegía por la casa de Israel.
2Cayó para no levantarse la doncella de Israel,
está arrojada en el suelo y nadie la levanta.
3Pues así dice el Señor a la casa de Israel:
está arrojada en el suelo y nadie la levanta.
3Pues así dice el Señor a la casa de Israel:
La ciudad de donde partieron mil
se quedará con cien;
se quedará con cien;
de donde partieron cien, se quedará con diez.
Culto y justicia
4Así dice el Señor a la casa de Israel:
Buscadme y viviréis:
5no busquéis a Betel, no vayáis a Guilgal,
no os dirijáis a Berseba;
no os dirijáis a Berseba;
que Guilgal irá cautiva y Betel se volverá Betavén,
6Buscad al Señor y viviréis.
6Buscad al Señor y viviréis.
y si no, la casa de José penetrará como fuego
y devorará inextinguible a Betel.
y devorará inextinguible a Betel.
Primer ay: justicia
en los tribunales (Is 5,1-25)
7iAy de los que convierten la justicia en
acíbar
y arrastran por el suelo el derecho*,
y arrastran por el suelo el derecho*,
10odian a los fiscales del tribunal
y detestan al que depone exactamente!
11Pues por haber conculcado al indigente
exigiéndole un tributo de grano,
11Pues por haber conculcado al indigente
exigiéndole un tributo de grano,
si construís casas de sillares, no las habitaréis;
si plantáis viñas selectas,
si plantáis viñas selectas,
no beberéis de su vino.
12Sé bien vuestros muchos crímenes
e innumerables pecados:
e innumerables pecados:
estrujáis al inocente, aceptáis sobornos,
atropelláis a los pobres en el tribunal
atropelláis a los pobres en el tribunal
13(por eso se calla entonces el prudente,
porque es un momento peligroso).
14Buscad el bien, no el mal, y viviréis
porque es un momento peligroso).
14Buscad el bien, no el mal, y viviréis
y estará realmente con vosotros, como decís,
el Señor, Dios de los ejércitos.
el Señor, Dios de los ejércitos.
15Odiad el mal, amad el bien,
instalad en el tribunal la justicia:
instalad en el tribunal la justicia:
a ver si se apiada el Señor, Dios de los ejércitos,
del resto de José.
del resto de José.
16Así dice el Señor, Dios de los ejércitos:
En todas las calles hay duelo,
en todas las calles gritan: ¡Ay, ay!;
los campesinos llaman para el duelo y el luto
a expertos en lamentaciones;
17en todas las viñas habrá duelo,
17en todas las viñas habrá duelo,
cuando pase entre vosotros, dice el Señor
8que creó las Pléyades y Orión,
8que creó las Pléyades y Orión,
convierte las sombras en aurora,
el día en noche oscura;
convoca a las aguas del mar
y las derrama sobre la tierra;
su nombre es El Señor;
su nombre es El Señor;
9lanza la destrucción contra la fortaleza,
y la destrucción alcanza a la plaza fuerte.
Segundo ay: culto
y justicia (ls 1,10-20; 58)
18¡Ay de los que ansían el día del Señor!
¿De qué os servirá el día del Señor
¿De qué os servirá el día del Señor
si es tenebroso y sin luz?
19Como cuando huye uno del león
y topa con el oso,
y topa con el oso,
o se mete en casa, apoya la mano en la pared
y le pica la culebra.
y le pica la culebra.
20¿No es el día del Señor tenebroso y sin luz,
oscuridad sin resplandor?
oscuridad sin resplandor?
21Detesto y rehúso vuestras fiestas,
no me aplacan
no me aplacan
vuestras reuniones litúrgicas;
22por muchos holocaustos y ofrendas
que me traigáis,
que me traigáis,
no los aceptaré ni miraré
vuestras víctimas cebadas.
vuestras víctimas cebadas.
23Retirad de mi presencia
el barullo de los cantos,
el barullo de los cantos,
no quiero oír la música de la cítara;
24que fluya como el agua el derecho
24que fluya como el agua el derecho
y la justicia como arroyo perenne.
25 ¿Es que en el desierto,
durante cuarenta años,
durante cuarenta años,
me traíais ofrendas y sacrificios,
casa de Israel?
casa de Israel?
26Tendréis que transportar a Sacut y Queván,
imágenes de vuestros dioses astrales,
imágenes de vuestros dioses astrales,
que vosotros os fabricasteis,
27cuando os destierre más allá de Damasco.
Dice el Señor, Dios de los Ejércitos.
EXPLICACIÓN.
5,1-3 El profeta entona por adelantado la elegía
fúnebre por la capital. Una capital puede imaginarse como muchacha hermosa y
como matrona. El verso 2 toma la primera imagen, el verso 3, la segunda. A la muchacha
caída nadie la levanta, la matrona fecunda se queda casi sin hijos. Los números
(Dt 28,62) insinúan que queda un resto; el verbo "salir", partir, sugiere
el destierro.
5,4-6 En 4b-6a tenemos un ejemplo notable de
disposición concéntrica o en espejo, según el esquema ABCDCBA. A ello se añaden
las paronomasias con los nombres: Guilgal y destierro, Betel y el despectivo
con Aven. Como en el caso de Elías (1 Re 18) es hora de elegir: o los santuarios
o el Señor -que no se encuentra en los santuarios-; y es una elección de vida o
muerte, como la de Dt 30,15.19. Esta invitación parece negar o al menos condicionar
la elegía precedente.
Dos cosas llaman la atención. Primera, la mención
de un santuario en el extremo meridional de Judá; segunda, la presencia incendiaria
de la "Casa de José", que coincide prácticamente con la Casa de Israel;
por eso algunos toman a Yhwh como sujeto y a la Casa de José como
complemento.
5,7-17 Casi todos los comentaristas restauran
un Ay al principio, y muchos trasladan el fragmento de himno, 8-9, al final. Aunque
la forma, con sus cambios de persona gramatical y de género literario, es
irregular, el tema queda patente: la injusticia de los poderosos, especialmente
en los tribunales.
5,7 Los sabores para los hebreos, como para
nosotros, son modelos de discernimiento (Is 5,20; 7,15s); también el ejercicio
de la justicia es un discernimiento sin discriminación.
5,10 Las funciones en el proceso israelita no
estaban tan definidas como en la tradición romana. Puede referirse al árbitro y
al testigo sometido a intimidación (cfr. Sal 12,6).
5,11 El préstamo con usura estaba prohibido
(Ex 22,24; Lv 25,37). Amós supone que esas casas lujosas son fruto de
explotación (cfr. Jr 22,13). No disfrutar del trabajo propio es una de las
maldiciones clásicas (Dt 28,30s).
5,13 Suena a comentario en prosa. Es tal la situación,
que lo prudente es callarse. Pero el profeta no se ha callado (Miq 3,5-8).
5,14-15 Exhortación. Bien y mal se especifican
en el terreno de la justicia. Tal es la condición para que el Señor esté con
ellos. Pero, como ya han quebrantado tales normas, sólo queda la enmienda
eficaz y esperar la "compasión" y perdón del Señor. Mencionar el "resto"
supone alguna catástrofe ya sucedida.
5,16-17 No es necesario hacer una lectura
cronológica de los versos. En forma de elegía presente se anuncia el castigo
futuro. El duelo, que sonó primero en boca del profeta, se extenderá por los
rincones del campo y la ciudad y exigirá una movilización de expertos. El nuevo
paso del Señor será de castigo: compárese con Ex 12,12.
5,8-9 Aceptada la trasposición, el Señor pasa
con sus atributos de señorío cósmico e histórico. Él puede abolir o derogar las
leyes que estableció, alterando el orden natural. No se le resistirán las fortalezas humanas.
5,18-20 Oráculo polémico contra una concepción
optimista del día del Señor. En principio se podría entender el día como una fiesta
litúrgica: de reconciliación (Lv 16) o de festejo gozoso. Nunca se llama una
fiesta técnicamente "día del Señor'; pero los versos que siguen, también
polémicos, hablan de fiestas. En términos militares, se espera una salida
victoriosa del Señor; pero su paso será de castigo. Del día se espera que
traiga la luz (Sal 57), no será así aquel día del Señor. Una parábola minúscula
ilustra esa fatalidad, que culmina en el enemigo más peligroso, la serpiente.
5,21-24 Con bastante claridad plantean estos
versos un problema capital y duradero: la relación entre culto y justicia social.
Tema atestiguado en la literatura profética (Is 1,10-20; Jr 7), en los salmos
(Sal 50), en la literatura sapiencial (Prov 15,8; 21,3.27; Eclo 34, 18-35,8). Si
el hombre practica el culto que él ha inventado para asegurarse el favor de Dios,
sin cambiar de conducta, esa práctica es farsa, intento de soborno; Dios no la
acepta. La injusticia vicia el culto.
Como el agua de un río perenne fecunda continuamente
la tierra, así la práctica de la justicia ha de fecundar una sociedad.
5,25 Efectivamente, el decálogo no contiene
preceptos cúlticos. Muy diversa es la versión que nos dan Ex, Lv y Nm, que colocan
la organización minuciosa del culto en la etapa del desierto.
5,26-27 La referencia a divinidades astrales
asirias puede justificarse ya en tiempo de Amós; aunque se comprenda mejor después
de la conquista de Samaría. Por otra parte, un delito tan patente de idolatría
no corresponde al contexto precedente. Hay razones fuertes para considerar estos
dos versos como adición. "Más allá de Damasco" sería Asiria.
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