Visiones (Ex 32; Nm 14)
7 1Esto me mostró el Señor: Preparaba la langosta cuando comenzaba a crecer
la hierba (la hierba que brota después de la segazón del rey); 2y cuando terminaba
de devorar la hierba del país, yo dije: Señor, perdona: ¿cómo podrá resistir Jacob
si es tan pequeño? 3Con esto se compadeció el Señor, y dijo: No sucederá.
4Esto me
mostró el Señor: El Señor citaba a un juicio por el fuego que devoraba el gran
Océano y devoraba la Finca: 5yo dije: Señor, cesa, ¿cómo podrá resistir Jacob si
es tan pequeño? 6Con esto se compadeció el Señor, y dijo: Tampoco esto sucederá.
7Esto
me mostró el Señor: Estaba en pie junto al muro con una plomada en la mano. 8El
Señor me preguntó: -¿Qué ves, Amós? Respondí: -Una plomada. Me explicó: -Voy a echar la
plomada en medio de mi pueblo, Israel; ya no pasaré de largo; 9quedarán
desoladas las lomas de Isaac, arruinadas las ermitas de Jacob; empuñaré la
espada contra la dinastía de Jeroboán.
Amós y Jeroboán (Jr 21-22; 36)
10Amasías,
sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán, rey de Israel:
-Amós
está conjurando contra ti en medio de Israel; el país ya no puede soportar sus
palabras.
11Así predica Amós: «A espada morirá Jeroboán, Israel marchará de su país al destierro» ...
11Así predica Amós: «A espada morirá Jeroboán, Israel marchará de su país al destierro» ...
12Amasías
ordenó a Amós:
-Vidente,
vete, escapa al territorio de Judá; allí te ganarás la vida, allí profetizarás;
13pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el templo real, es el
santuario nacional.
14Respondió
Amós a Amasías:
-Yo no
era profeta ni de un gremio profético; era ganadero y cultivaba higueras. 15Pero
el Señor me arrancó de mi ganado y me mandó ir a profetizar a su pueblo,
16Israel. Pues bien, escucha la palabra del Señor:
Tú me
dices: No profetices contra Israel, no vaticines contra la casa de Isaac.
I7Pues
el Señor dice:
Tu mujer
será deshonrada en la ciudad, tus hijos e hijas morirán a espada; tu tierra
será repartida a cordel, tú morirás en tierra pagana, Israel marchará de su
país al destierro.
EXPLICACIÓN.
7,1-9
Entra una serie de visiones, que se prolonga en 8,2-3 con regularidad formal y con
cambio de forma en 9,1-4. En otros términos, tenemos cuatro visiones interrumpidas
por un episodio narrativo sobre la actividad del profeta. Las visiones, más que
serie, son proceso: en las dos primeras Dios no pregunta, y el profeta
intercede con éxito; en otras dos Dios pregunta y el profeta no intercede. La
tercera anuncia lo inevitable, la cuarta anuncia su cercanía.
Interceder
es parte de la misión profética: Ex 32; Nm 14; Jr 14-15. El Señor hace al profeta
confidente de sus planes (3,7) precisamente para que se interponga con la
súplica. Si Dios detesta el fasto y la soberbia (6,8), se deja conmover por la
pequeñez (Gn 19,20- 22). Amós se hace intérprete de ese extraño valor, frente a
la estimación superficial de los israelitas.
7,1-3
Para la plaga de langosta véase en particular JI 1-2. Está en peligro el
sustento del año próximo para el pueblo, no las comilonas de los ricos (6,4).
7,4-6 Trátese
del océano subterráneo de agua dulce (Gn 33,13) o del océano que representa el caos
hostil (Is 51,10), el asalto del fuego constituye una catástrofe cósmica. Frente
a sus dimensiones, ¿qué podrá la menuda Finca, el territorio de Israel?
7,7-9 La
plomada invierte su función y sirve para destruir (Is 34,11). El edificio amenaza
ruina y no se mantendrá en pie (Is 30, 13). No entendemos la alusión a las "lomas"
o altozanos del patriarca Isaac. El Jeroboán mencionado, si no es recuerdo histórico,
ha de ser el segundo de ese nombre, el rey contemporáneo de Amós. Así lo ha
entendido el compilador del libro, que introduce aquí un episodio que concierne
al rey y al profeta.
7,10-17
Estamos ante un episodio capital para entender la misión del profeta en este y en
otros casos. Casi todo el relato discurre en intervenciones orales, con citas
dentro de las citas. Para entender la cuestión, empezamos por observar a los
personajes y sus oficios: Jeroboán rey, Amasías sacerdote, Amós profeta, y Yhwh.
Es un triángulo de funciones, competencias y relaciones.
a) El
sacerdote es un funcionario real, encargado del santuario nacional, que controla
el rey (1 Re 12,25-33).
b) El sacerdote
controla la competencia en su terreno, el templo y, por orden del rey, en todo
el territorio.
c) El profeta,
como portavoz del Señor es la instancia suprema (Dt 17-18); un profeta puede
legitimar y condenar dinastías.
Israel
se constituye como espacio geográfico cerrado, controlado; es un "reino"
cuyo centro está en Betel. Betel es centro cúltico, cerrado, controlado por el
rey y el sacerdote. La palabra de Dios irrumpe en ese espacio cúltico, haciéndolo
caja de resonancia, hasta que las palabras llenan y desbordan el espacio del "país".
El sacerdote intenta defender el espacio de su templo, protegiendo así el espacio
de su reino; pero la palabra de Dios penetra, se instala, hasta expulsar a los
culpables al espacio ajeno, impuro.
7,10 Para
el sacerdote oficial la predicación de Amós es conjura, no palabra profética. Pero
aprecia un peligro real en esas palabras y procura neutralizarlas, primero con la
denuncia, después con la expulsión; pero no se atreve a darle muerte.
7,14-15
Para Amós profetizar no es una profesión, es misión divina. El Señor considera
a Israel pueblo suyo.
7,16-17
Es excepcional la designación Casa de Isaac. La pena vincula familia y campos, el
arraigo en un terreno y un nombre.
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