domingo, 7 de diciembre de 2014

AMÓS. CAPÍTULO 6.



Tercer ay: lujo y riquezas (Is 5,11ls) 

61¡Ay de los que se fían de Sión
y confían en el monte de Samaría!
Los señalados como jefes de naciones,
a quienes acude la casa de Israel.
2Id a Calno y observad,
de allí seguid a Jamat la Grande
y bajad a Gat de Filistea:
¿ valéis más que esos reinos,
es más extenso vuestro territorio?
3Queréis espantar el día funesto
aplicando un cetro de violencia.
4Os acostáis en lechos de marfil,
arrellanados en divanes
coméis carneros del rebaño
y terneras del establo;
5canturreáis al son del arpa,
inventáis, como David,
instrumentos musicales;
 6bebéis vino en copas,
os ungís con perfumes exquisitos
y no os doléis del desastre de José.
7Pues encabezaréis la cuerda de cautivos
y se acabará la orgía de los disolutos.
8Oráculo del Señor, Dios de los ejércitos:
El Señor lo ha jurado por su vida:
Porque detesto el fasto de Jacob
y odio sus palacios,
entregaré la ciudad y sus habitantes.
11EI Señor ha dado órdenes de reducir
a escombros las mansiones,
a cascotes los tugurios.
9y si quedan diez hombres en una casa, morirán.
10(EI tío y el incinerador vendrán a sacar los
huesos de la casa. Uno dirá al que está en el rincón de la casa:
 ¿Te queda alguno? Responderá:
Ninguno. Y él dirá: Chsss... Pues no es hora de
pronunciar el nombre del Señor).
12¿Corren los caballos por los peñascos?,
¿se puede arar con vacas?
Pues vosotros convertís en veneno el derecho,
la justicia en acíbar.
13Quedáis satisfechos con una Nadería*
os gloriáis de haber conquistado
con vuestro esfuerzo Qarnaym*
14Pues yo, casa de Israel
-oráculo del Señor, Dios de los ejércitos-,
suscitaré contra vosotros
un pueblo que os oprimirá
desde el Paso de Jamat
hasta el Torrente de Arabá. 

EXPLICACIÓN.

6,1-10 Contra los ricos que derrochan en lujos y viven confiados en sus riquezas, injustamente adquiridas. El pecado está estilizado en una serie de participios descriptivos, el castigo responde al delito. 

6,1 La presencia de Sión es sospechosa. 

Aunque Amós pudo ocuparse de su patria, lo más probable es que el texto haya sido manipulado más tarde para extenderlo a los judíos. El monte de la capital de Samaría se consideraba inexpugnable; un par de años llevó su conquista. Sus jefes gozan de gran prestigio fuera y dentro de la nación. 

6,2 La invitación es lógica (Is 10,9), pero no cronológica. Las conquistas por mano de Asiria de que tenemos noticia son: Calno el 738, Jamat el 720, Gat el 712. Este verso, que interrumpe la serie regular de participios, podría ser adición. 

6,3 "Cetro": corrigiendo una consonante; en contraste con Sal 45,7. Un gobierno injusto no alejará la desgracia.

6,4-6 Adornado con piezas o incrustaciones de marfil. Describe festines y banquetes: comida, bebida (Eclo 31,25-31), música (Eclo 32,5s), perfumes (Lc 7,46). La referencia a David podría ser glosa según 1 Cr 23,5. La despreocupación es necesaria para no estropear el disfrute. 

6,8 "Detesto": léase en paralelo con 5,21. 

6,9 Empalma a distancia con 5,3, como último acto de la catástrofe. 

6,10 La escenita, sugestiva y misteriosa, presupone cosas que desconocemos. Parece que se trata de una rebusca de muertos (cfr. Ez 39,14-16) hasta los rincones más recónditos de las viviendas. El dominio de la muerte hace inoportuna la invocación del Señor. 

6,12-14 En estilo sapiencial, un par de preguntas retóricas presentan el absurdo de una conducta: los que saben usar debidamente sus animales domésticos no saben administrar justicia; más respeto les merecen los brutos que los hombres. Con lo cual se llega a una situación en que la justicia está envenenada. Por otra parte, se sienten satisfechos de dos conquistas ridículas. Qué diverso de tamaño y poder el pueblo que el Señor va a movilizar: Asiria. 

7,1-9 Entra una serie de visiones, que se prolonga en 8,2-3 con regularidad formal y con cambio de forma en 9,1-4. En otros términos, tenemos cuatro visiones interrumpidas por un episodio narrativo sobre la actividad del profeta. Las visiones, más que serie, son proceso: en las dos primeras Dios no pregunta, y el profeta intercede con éxito; en otras dos Dios pregunta y el profeta no intercede. La tercera anuncia lo inevitable, la cuarta anuncia su cercanía. Interceder es parte de la misión profética: Ex 32; Nm 14; Jr 14-15. El Señor hace al profeta confidente de sus planes (3,7) precisamente para que se interponga con la súplica. Si Dios detesta el fasto y la soberbia (6,8), se deja conmover por la pequeñez (Gn 19,20-22). Amós se hace intérprete de ese extraño valor, frente a la estimación superficial de los israelitas.

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