domingo, 7 de diciembre de 2014

AMÓS. CAPÍTULO 9.



Quinta visión 

9 1Vi al Señor en pie junto al altar,
que decía: Golpea los capiteles
y trepidarán los umbrales;
arrancaré a todos los capitanes
y daré muerte a espada a su séquito;
no escapará ni un fugitivo,
no se salvará ni un evadido.
2Aunque perforen hasta el abismo,
de allí los sacará mi mano;
aunque escalen el cielo, de allí los derribaré;
3aunque se escondan en la cima del Carmelo,
allí los descubriré y agarraré;
aunque se me oculten en lo hondo del mar,
allá enviaré la serpiente que los muerda;
4aunque vayan cautivos delante del enemigo,
allá enviaré la espada que los mate.
Clavaré en ellos mis ojos para mal,
no para bien.
5El Señor de los ejércitos,
que toca la tierra y ella tiembla,
en un flujo y reflujo como el del Nilo,
y hacen duelo sus habitantes;
6que construye en el cielo su escalinata
y cimenta su bóveda sobre la tierra;
que convoca las aguas del mar
y las derrama sobre la superficie
de la tierra; se llama El Señor.
7 ¿No sois para mí como nubios,
israelitas? -oráculo del Señor-o
Si saqué a Israel de Egipto,
saqué a los filisteos de Creta
y a los sirios de Quir.
8Mirad, el Señor clava los ojos
sobre el reino pecador y los extirparé
de la superficie de la tierra
(aunque no aniquilaré a la casa de Jacob)
-oráculo del Señor-.
9Mirad, daré órdenes de zarandear
a Israel entre las naciones,
como se zarandea una criba
sin que caiga un grano a tierra.
10pero morirán a espada
todos los pecadores de mi pueblo;
los que dicen: No llega,
no nos alcanza la desgracia.

Día de restauración (Jr 31; Ez 36,16-38; Hch 15,16-18)

11 Aquel día levantaré la choza caída de David,
tapiaré sus brechas, levantaré sus ruinas
hasta reconstruirla como era antaño;
12para que conquisten el resto de Edom
y todos los pueblos que llevaron mi nombre
-oraculo del Señor, que lo cumplirá-.
13Mirad que llegan días -oráculo del Señor-
cuando el que ara seguirá de cerca al segador
y el que pisa uvas al sembrador;
fluirá licor por los montes
y ondearán los collados.
14Cambiaré la suerte de mi pueblo, Israel:
reconstruirán ciudades arruinadas
y las habitarán,
plantarán viñedos y beberán su vino,
cultivarán huertos y comerán sus frutos.
ISLos plantaré en su tierra y ya no los arrancarán
de la tierra que les di, dice el Señor, tu Dios. 

EXPLICACIÓN.

9,1-4 La quinta visión está muy simplificada en el primer componente, y pide la acción del profeta. Plantea y desarrolla la correlación de lo alto y lo bajo, o lo superior e inferior. La huida del fugitivo alcanza límites fantásticos (véase Sal 139), adonde alcanza el Señor o sus emisarios. 

9,1 Se supone que es el altar de Betel, para Amós idolátrico: véase 1 Re 13,1-6. 

9,2 Es absurdo tomar el sheol como lugar de refugio (cfr. Job 14,13) Y es temerario buscarlo en el cielo. 

9,3 El Carmelo es refugio realista aunque arduo; no así el fondo del mar. "La serpiente", con artículo, designa un emisario particular de Dios. 

9,4 "Para mal": Jos 24,20; Jr 21,20; 39, 16; 44,27. 

9,5-6 Este minúsculo himno o fragmento tiene por función introducir al juez, como 4,12-13. Abarca cielo, tierra y mar; puede actuar "tocando" o dando órdenes; puede cambiar la función de los elementos, dando fluidez a la tierra, terremoto, y sacando al mar de sus fronteras, diluvio. Para la escalinata véase Gn 28; algunos corrigen y traducen "salones", según Sal 104,3.
9,7-10 Empalma con 2,10 y 3,2. La elección y la liberación son dones que fundan exigencias. De nada valen elección y liberación si el pueblo las anula con sus pecados. Y la salida de Egipto se reduce a una simple migración de pueblos. El reino es pecador y será aniquilado como tal. Entre sus miembros no todos son pecadores; por eso a la elección seguirá la selección. Esa función la cumplirá el destierro: véase Tob 1-3. 

9,11-15 La restauración comprende: restauración del reino davídico, en imagen de construir, con sus dominios y bendiciones de la tierra; restauración del pueblo, en imagen de plantar, y bendición de sus tareas. 

9,11 El oráculo supone la decadencia y supresión de la dinastía davídica; hechos posteriores a Amós. Supone también una firme esperanza histórica o mesiánica, fundada en la promesa de 2 Sm 7. Solo Dios podrá reconstruir la monarquía, no las fuerzas humanas. 

9,12 La casa de David volverá a dominar a sus vasallos, empezando por el enemigo clásico que fue Edom, y siguiendo por otros que, como vasallos, llevaron mediatamente el nombre del Señor. Esto no se cumple después del destierro, cuando todos esos pueblos fueron dominio persa. 

9,13-14 La visión agraria fantástica se asemeja a la de Is 30,24s. "Ondearán": suponemos que las mieses o plantas medianas (cfr. Sal 72,16). Las maldiciones de 5,11 quedan anuladas y transformadas en las bendiciones opuestas.

9,15 Es la tierra que prometió a los patriarcas y entregó a los padres.

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